lunes, 25 de febrero de 2008

Salmonicultura y Pesca artesanal (V):SOCIALMENTE INSUSTENTABLE


Por Héctor Kol
Programa Salmonicultura
A.G. Pescadores Artesanales de Aysén
Febrero, 2008.


“... Pero anda, levanta la cabeza y verás todo lo que es la realidad ”(Sol y Lluvia)


Cuando la Pesca Artesanal había demostrado que su actividad y la salmonicultura intensiva eran incompatibles y las ONGs ambientalistas daban cuenta de las decenas de cargamentos de salmón producido en Chile que eran devueltos desde los mercados extranjeros por estar contaminados con productos tóxicos; cuando el círculo de protección comunicacional se caía a pedazos y las imágenes de las mortalidades de salmones por el virus ISA o el parásito Caligus sp ganaban portadas; cuando el único argumento que les quedaba a los Parlamentarios y Alcaldes financiados por la Industria Salmonera era el de los “puestos de trabajo” que crea la salmonicultura para seguir protegiendo y encubriendo a las empresas del rubro, cuando sólo eso y nada más que eso quedaba, explotó el conflicto de la empresa AGUAS CLARAS para mostrarle a Chile y al mundo que esta publicitada y subvencionada actividad es AMBIENTAL y SOCIALMENTE INSUSTENTABLE.
En efecto, la salmonicultura intensiva es AMBIENTALMENTE INSUSTENTABLE principalmente porque depende de la explotación irracional de otro recurso natural para poder sostenerse: la pesca silvestre.
Para producir un kilo de salmón, se usan entre 5 y 10 kilos de pesca silvestre en la fabricación de las dietas comerciales que se suministran a los peces. Es decir, la producción “chilena” de salmones, que se empina por sobre las 600 mil toneladas anuales, requiere para su obtención de la transformación de entre 3 y 6 MILLONES DE TONELADAS DE PESCA SILVESTRE para fabricar… alimentos para otros peces. Esto es lo que hace de la salmonicultura intensiva una actividad comercial insustentable ambientalmente, pues depende de la depredación de los recursos pesqueros y de la consiguiente extinción de una cultura como lo es la Pesca Artesanal.
En suma, la salmonicultura sólo es posible mientras existan peces para ser transformados en alimentos para peces. El conflicto laboral en la empresa salmonera AGUAS CLARAS (Pucci-Fisher, Chile) vino a demostrar que, además de ser ambientalmente insustentable, la Industria Salmonera es también insustentable en lo social, pues también se sostiene en el atropello a la dignidad y a los derechos de sus trabajadores. Es decir, depende de la existencia de trabajadores dispuestos a someterse a toda suerte de abusos, a bajos salarios, a despidos arbitrarios, a falta de agua potable para beber en las plantas procesadoras. Y cuando esos trabajadores no existen o recuperan su voluntad, la Industria salmonera, simplemente, ya no es posible.
El conflicto en AGUAS CLARAS no comenzó en la Huelga de este año, sino que se arrastra por mucho tiempo y especialmente en la planta procesadora “Caicaén”, ubicada en Calbuco, la misma donde el techo se desplomó cuando 50 trabajadores se encontraban en su interior, en Noviembre del 2006; la misma donde una correa transportadora aérea se cortó y estuvo a punto de caer también sobre los trabajadores, 5 meses después; la misma que en Julio del 2007 fue ocupada por los trabajadores en protesta por el despido de 42 de sus compañeros que efectuó la empresa como represalia por una demanda interpuesta por el Sindicato.
Por supuesto, la prensa cautiva por el espacio publicitario que paga la Industria Salmonera, jamás destacó estos hechos y mucho menos iba a destacar el que esta misma planta sirvió de centro de torturas por donde pasaron 7 trabajadores capturados por Carabineros cuando se aprestaban a levantar…una olla común, en Enero de este año y cuando la Huelga se avecinaba.
Por supuesto, también, las ONGs “ambientalistas” tampoco consideraron este hecho y siguieron levantando sus campañas para “elevar los estándares laborales” en la salmonicultura chilena, como si esos 7 trabajadores torturados por Agentes del Estado no fueran la respuesta de la empresa y del propio Estado a tales campañas y una prueba cruel de cuánto le importa a esta sociedad público-privada el elevar los “estándares laborales” en la exitosa Industria.
El conflicto de AGUAS CLARAS es mucho más que una reivindicación económica: es una reivindicación moral que ha sacudido a todo el Modelo Económico imperante en Chile, que en todas partes actúa como en la salmonicultura, depredando el medio ambiente y la dignidad humana. Por ello la solidaridad que han captado los trabajadores de AGUAS CLARAS de sus pares mineros sub-contratistas, de los “temporeros” forestales y agrícolas, de los trabajadores del comercio, todos igualmente explotados e igualmente atropellados en sus derechos.
La Huelga en AGUAS CLARAS se ha hecho efectiva con el 97% de los votos de sus trabajadores sindicalizados, una Huelga en el corazón del “chiche” del Modelo Económico y donde se sustenta el discurso POKEMÓN sobre el hacer de Chile una “Potencia Alimentaria” cuando la Pesca Artesanal (la gran ausente de este conflicto) levanta ollas comunes para poder alimentarse.
Por eso tanta represión, por eso los carros blindados y los policías sin placas, los Obispos cometiendo el pecado de la omisión y de la indiferencia, las mentiras en el Diario “La Segunda”, los pusilánimes comentarios acerca de la “violencia en el conflicto de…” en la Radio Bío-Bío de Puerto Montt. No se le podía dar espacio a los trabajadores que le mostraban al Mundo cómo se generaba la riqueza que había hecho de Puerto Montt la “Manhattan del Sur” o cómo se comporta la Industria a la que el Estado chileno le regala, mensualmente, 200 dólares por cada trabajador que ocupa, los mismos 200 dólares que luego constituyen el sueldo-base de la mayoría de los trabajadores salmoneros.
Por más de un mes, hombres y mujeres dignos han debido soportar los apaleos “democráticos” por aspirar a un sueldo tan digno como ellos. Por más de un mes, en varias ediciones al día, los medios de prensa los han denostado y han acogido las editoriales de los Parlamentarios (los representantes del Pueblo) donde piden MAS represión.
Los trabajadores de AGUAS CLARAS han debido marchar rodeados de policías, han sido acusados de secuestradores, saboteadores, borrachos, ladrones y por supuesto, de Comunistas y hasta de Neo-comunistas. A los trabajadores de AGUAS CLARAS, el Estado les ordenó firmar un contrato colectivo con una empresa que ni siquiera existe…Todo lo han resistido. A pesar de todo, de tanto abuso y amenaza (y de las probables represalias que la Ley chilena contempla para que estos casos no vuelvan a repetirse y se reestablezca “el orden”) en la Décima región de Los Lagos, aquella que César Barros no descubrió ni fundó, aunque crea lo contrario, la dignidad laboral se ha instalado y allí se quedará.
El tiempo de los dirigentes sindicales corruptos, “pro-empresa” o más preocupados de cuidarle el puesto al Diputado o al Senador, se acaba y así también se extinguirán los trabajadores dispuestos a usar pañales para evitar ir al baño o las trabajadoras que sacan de madrugada a sus bebés de los Jardines Infantiles que les paga la empresa para que cumplan con turnos nocturnos.
Porque esta vez, aunque les pese a los medios de prensa y a las ONGs que viven del problema, no fue un virus ni un parásito el que puso en jaque a la “exitosa” Industria Salmonera y tampoco lo fue la caída del precio del dólar: ahora, el protagonista del Gran Problema de la salmonicultura en Chile … fue la Dignidad recuperada.
Héctor Kol
Febrero, 2008.

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